Definitivamente, si pudiese tener una conversación con la niña de ocho años que alguna vez fui, le diría una que otra cosa que le ayudara a sobrellevar la pubertad y parte de la adolescencia.
En primera, le diría que no dejara de hacer ejercicio, que éso ayudaría mucho para que en la pubertad no fuera una bolita de carne, y que como quiera si llegara a serlo, que no se preocupase, que a su debido tiempo toda terminaría por acomodarse en sus respectivos lugares.
Que la niña que desde primero de primaria le cae mal, le seguirá cayendo mal hasta en preparatoria, y que tendrá muchas oportunidades para burlarse de ella...que no las desperdicie.
También le diría que en la secundaria se alejara de las malas influencias...o que al menos ella no lo fuera, se ahorraría de problemas y rumores entre las madres de sus compañeras. Que tratara de hacer sus tareas y que evitara que la suspendieran.
Le insistiría en que escribiera ese ensayo y que después no rechace la beca que le ofrecieran para la preparatoria, y que cuando lleve esa materia llamada "anatomía" de verdad si aprendiera las canciones de los músculos y sus movimientos, y que en matemáticas le pusiese más empeño.
Le daría la noticia de que en el futuro será una miope sin remedio, que no le dé vergüenza usar un par de lentes, que no es el fin del mundo y que se acostumbre a usar uniforme hasta que sea mayor de edad.
Que no deje de leer, que Dorian Gray y El Mundo de Sofía cambiarán su vida y que no cierre su mente a nuevas opciones de lectura, pero eso sí, la amenazaría con que no leyera Crepúsculo. Y que mejorara su escritura y ortografía.
Y por último, también le diría que cuando rece, no lo haga de prisa, que nunca deje de creer en sí misma y en que el destino todo lo termina por solucionar todo. Que no llore por problemas ajenos y que sea fuerte.
Gracias por leer
Rc.
¿Tú qué te dirías a ti mismo?
