Seguro esperan que
empiece el típico discurso en el que se tocan temas como: el año se
pasó volando o de que este año fue especial para mí por tal y
otras razones, pero, PERO. No, esos sermones se los dejaré a los
borrachos y a las mujeres sentimentales (gracias a Dios yo ni estoy borracha y aun no llego a la etapa de mi vida en la que me convertiré
en un costal de emociones y nostalgias).
Me pasé varios días sin
internet (si, de nuevo), de hecho, ahora mismo que estoy sentada
escribiendo esto, no tengo internet. Me sobran ganas de ir a poner
una bomba la mansión de Slim o hundirle el yate (es tal fácil
arruinar a un millonario, solo tienes que destruir sus cosas
materiales, normalmente estas cosas están íntimamente relacionadas
con su lado sentimental, así que sería la ruina para él, en
cambio, cómo le haces a un vagabundo?).
No es bonito tener la
nariz fría y con unas ganas inmensas de una taza de café caliente y
sin internet. Pero, fuera de eso, me gusta estar de vacaciones y no
tener nada que hacer...mentira, ahora que no voy al colegio, me
tienen trabajando al estilo Cenicienta.
Ahora que estamos a unos
días de la Navidad, es inevitable ignorar la temporada, no, no por
el ambiente, ni por los villancicos que escucho todo el día, NO,
sino, porque sales a cualquier lado, y hasta los indigentes están
comprando regalos, o tienen sus casas de cartón adornadas con temas
de la época.
Díganme Grinch, pero, se me hace una verdadera
tontería adornar todo con esferas, y sin fin de cosas que tendrás
que quitar después. Aparte, ahora están muy felices con la época,
los regalos, el aguinaldo, el aguinaldo....ah! Y el aguinaldo,
pero...no están pensando en un pequeño detalle que viene después
de Navidad, y es *redoble de tambores* (es aquí donde entra el
niño del tambor): LA CUESTA DE ENERO. Los mismos que veo con sus
bolsas de compras llenando el centro de la ciudad, los que aunque
esté lloviendo y esté horrible el clima, salen con sus hijos a
comprar los regalos, si, son esos los que en enero están empeñando
sus joyas en el monte de piedad (casa de empeño de Monterrey).
Por favor, ustedes que son entes de luz y que leen mi blog (o mejor dicho, son entes de luz debido a que leen mi blog), pórtense bien en este tiempo. No se emborrachen, y sí lo van a hacer, no manejen. Y no lo digo porque me preocupe por ustedes, sino, por los pobres cristianos que pueden salir afectados por culpa de algún borrachín.
Gracias por leer.
Rc.
Dato curioso: el 23 de enero entro a clases. En tu cara maldita SEP.
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